En los países donde existe una industria naval con
cierto grado de desarrollo, el cabotaje -carga, remolque, pesca,
turismo, etc.-, se atiende con buques construidos en astilleros locales y
tripulados por marinos del país.
La industria naval argentina
pretende construir esos buques, porque somos capaces de hacerlo y porque
sabemos que nuestra actividad genera trabajo de calidad, empleos
altamente calificados con un promedio de sueldo más alto que la media
del país, y desarrollo industrial que trasciende nuestro quehacer y
posiciona la actividad para ganar mercados en el exterior.
Desde
los astilleros argentinos deseamos trabajar en nuestra actividad y sin
perder el norte fundamental: no queremos ser una carga para la Nación.
Es mucho lo que el sector le puede aportar al país y poco lo que se
solicita.
No buscamos privilegios ni prebendas, ni pretendemos que
se cierre la importación de barcos, sólo ambicionamos competir en
igualdad de condiciones y con economías equivalentes. La competencia
implica similitud de reglas y escenarios. Un buque usado no es igual a
uno nuevo.
Luego,
nunca podremos desarrollarnos como industria naval cuando en el camino
encontramos el muro de la importación indiscriminada de buques usados o
la zancadilla del charteo eterno.
Compromiso
Es imposible
pensar el desarrollo de una industria naval si no se cuenta con el
acompañamiento de los armadores, génesis de nuestra tarea, quienes a su
vez se verían beneficiados por la reedición de una curva de experiencia
que permitirá afirmar idoneidad, rapidez en las entregas y costos más
competitivos en los astilleros locales. Comprometemos nuestro esfuerzo, y
esperamos lo mismo de nuestros clientes.
Cuatro remolcadores y cinco pesqueros nuevos botados en los dos últimos años en astilleros nacionales avalan la convocatoria.
La
competencia que necesitamos es tan real que -en caso de materializarse
nuestro planteo- astilleros de otros países estarán interesados en
invertir en nuestro medio, ya sea por sí mismos o por integración con
astilleros locales, uniones estas que generan un feedback muy
provechoso. En síntesis, mayor trabajo para nuestra gente y aún mayor
esfuerzo de quienes hoy estamos en la actividad, ya que deberíamos
mejorar nuestras capacidades a efecto de no perder la carrera en el
desafío que reclamamos.
Dos proyectos de Ley, uno de Industria
Naval y otro de Marina Mercante obtuvieron media sanción en el Senado el
16 de Noviembre. La primera con escasa y la segunda con nula
participación del sector industrial naval. Lamentablemente, una
excelente posibilidad desaprovechada. Es inverosímil construir una norma
equilibrada sin participación de todos los sectores involucrados. Leyes
tan importantes y que hacen al trabajo de tanta gente deberían tener
mayor trato y menor misterio.
En la Argentina existen cuatro
Facultades dependientes de distintas universidades donde se forman
profesionales para la ingeniería naval. El Estado aporta cuantiosos
recursos para su formación. Lo mejor que puede pasar es que se
capitalice esa inversión, que no sea un gasto, que los profesionales
jóvenes que egresan no deban limitar su accionar laboral a presentar
documentación ante las autoridades a fin de incorporar buques usados, y
sí ejercer en plenitud su profesión con el diseño y construcción de
embarcaciones de todo tipo en astilleros nacionales, y que la
posibilidad de desarrollo profesional en el exterior sea sólo una
elección, no una obligación.
El autor es presidente de TecnoPescaArgentina SA y vocal titular de la Federación de la Industria Naval Argentina.
Media sanción
El
Senado aprobó por unanimidad un proyecto de ley que plantea beneficios
impositivos para los armadores de buques, con el fin de favorecer el
desarrollo de la marina mercante. La iniciativa, presentada por el
senador de Proyecto Sur Fernando "Pino" Solanas, fue girado a la Cámara
baja donde ya había presentado un proyecto similar el diputado del
Bloque Justicialista Gustavo Martínez. Entre los objetivos figuran el
fomento a la integración regional en las áreas de influencia de los ríos
Paraguay y Paraná y el desarrollo y crecimiento sustentable de la flota
mercante de bandera nacional, mediante el mejoramiento de su
competitividad.
Se crea el Registro de Armadores Nacionales para ordenar un esquema de promoción fiscal.
LaNacion.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario