martes, 15 de noviembre de 2016

Cuánto debe preocuparnos el triunfo de Trump

Pasada la sorpresa por el resultado electoral, llegó la hora de analizar cuántas de las polémicas promesas del magnate fueron sobreactuación y cuál es su margen de acción verdadero; posibles impactos sobre el comercio y las inversiones en la Argentina.

El desenlace de la elección norteamericana deja grandes interrogantes respecto de Donald Trump: ¿Cuántas promesas fueron sobreactuación? ¿Cuánto está dispuesto a cambiar? ¿Cuánto será capaz de cumplir?
Foto: Eric Thayer/The New York Times
El Partido Republicano tendrá mayoría legislativa, pero Trump es un outsider y su relación con el partido no es buena, producto de los exabruptos y declaraciones alejadas de la tradición partidaria, históricamente más propensa al libre comercio, proteccionismo agrícola aparte.
Claramente todo suma más imprevisibilidad a una coyuntura económica global y regional que aún trata de comprender a China y su desaceleración, el Brexit, los problemas de Brasil, la lenta reactivación post crisis 2008, la baja del comercio internacional, la cuarta revolución industrial de las tecnologías disruptivas y algunos pronósticos de una nueva recesión.

Las promesas

Por lo pronto podemos repasar las promesas de campaña y la relación comercial bilateral para pensar cómo podrían impactar en la Argentina.
Habló de aumentar aranceles y aunque el número fluctúa en distintas declaraciones entendemos se aproximarían al 35% para la importación de autos de México, al 45% para las importaciones de China. En su libro "Time to get tough" menciona un arancel de 20% para las importaciones del resto de los países. Esto haría tambalear el Nafta e implicaría posiblemente desconocer compromisos multilaterales como los aranceles consolidados en la OMC.
México es el segundo y China el tercer destino de sus exportaciones. Resulta difícil pensar que pondrán en riesgo estos intrincados lazos industriales (con México, maquila con alto porcentaje de valor agregado de industria norteamericana) y financieros (China es el principal tenedor de bonos del Tesoro).
Criticó las negociaciones de los llamados megaacuerdos regionales, hasta hoy cabeza de lanza de la estrategia comercial norteamericana. El TPP (el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, al que sólo le falta ratificación del Congreso), representa 11,4% de la población, 38% del PBI y 25% del comercio mundial. El TTIP (Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones, con la Unión Europea), 11,9% de la población, 45% del PBI y 40% del comercio mundial. Ambos significarían acuerdos de libre comercio con 8 de las 10 mayores economías quedando afuera sólo China y Brasil.
Seguramente las propuestas seguirán vigentes en el discurso del nuevo presidente porque evidentemente tuvieron gran llegada en el electorado, pero al pasar por el tamiz de la burocracia y los frenos institucionales (Congreso, lobbies, etc.) terminarán sintetizándose en medidas más sutiles. En el sentido opuesto estos resortes han funcionado protegiendo algunos sectores. EE.UU. ocupa el primer lugar del ranking Global Trade Alert de países que aplicaron más medidas proteccionistas desde 2008 (Argentina se ubica cuarta).

Ventajas y desventajas

Entonces, ¿que debe preocuparnos de la victoria de Trump?
Claramente uno de los puntos son las negociaciones bilaterales. El gobierno de Macri apostó fuertemente a la victoria demócrata, con quienes estaban trabajando en algunos gestos concretos como el levantamiento a las restricciones a las exportaciones de limones y carne.
Si vamos específicamente al comercio y las inversiones, desde 2006 nos encontramos con una balanza comercial negativa para la Argentina y una tendencia al decrecimiento en la participación de EE.UU. en nuestro comercio exterior producto de las tensas relaciones entre los gobiernos y el impacto de la crisis de 2008.
Aun así, EE.UU. sigue siendo nuestro tercer socio comercial tanto en importaciones (12,9%) como en exportaciones (6%) según el Indec, y es el principal país emisor de IED (25%), según el Banco Central.
También es el principal cliente para nuestras exportaciones de servicios informáticos (US$500 millones), que en 2015 superaron al bien más exportado por nuestro país que es el biodiesel.
Sin embargo, para EE.UU. la Argentina sólo representa 0,2% de su comercio y no formamos parte de las negociaciones priorizadas por la administración saliente.
En conclusión, todo hace pensar que no sufriríamos un impacto directo en las relaciones comerciales actuales. Sí es probable que la incertidumbre demore aún más la llegada de inversiones genuinas y las iniciativas de mayor integración impulsadas por el Gobierno, en particular aquellas que busquen un mayor acceso de nuestros productos agrícolas.
Lo que realmente debe preocuparnos -aun Trump hiciera lo opuesto a lo prometido- es qué tipo de instituciones moldearán las reglas del comercio internacional ahora que los megaacuerdos pierden fuerza y la OMC está paralizada, pero, sobre todo, cómo trabajar la inserción de la Argentina cuidando y fortaleciendo nuestro sector productivo en un mundo al borde de la cuarta revolución industrial y cada vez más proteccionista.
Los autores son socio gerente de Trade Latina, ex subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales bonaerense y docente universitario, y socio gerente de Trade Latina, respectivamente

Datos bilaterales

Algunos números para entender la relación:
Podio. EE.UU. es el tercer socio comercial para la Argentina: destino de 6% de nuestras exportaciones y origen de 12,9% de las importaciones
Inversiones. Es el principal país emisor de IED (25% del total de lo que recibe la Argentina). Hay aquí más de 500 empresas con capitales americanos
Personas. EE.UU. aloja la segunda comunidad argentina (224.300 personas) en el extranjero después de España.

Fuente: Lanacion.com.ar

 

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