La conformación de un Comité Nacional de Facilitación que reúna al sector público y privado puede transformarse en una herramienta clave para recuperar la competitividad perdida.
En cada proceso de importación que se realiza en el
puerto de Buenos Aires -que concentra el 90 por ciento del total
nacional- intervienen no menos de diez sujetos: importador, despachante
de aduana, transportista, terminal portuaria, Aduana, Banco Central,
Prefectura, Banco Nación, y otros tantos organismos (Renar, Anmat y
Sedronar, etc.).
En el proceso de exportación pasa otro tanto
(intervienen no menos de siete sujetos con el agregado del costo de
transportar la mercadería desde el lugar de producción hasta el puerto
de embarque).
En
el caso de las entidades públicas, cada una establece de manera
autónoma y unilateral una serie de pautas e instrucciones operativas que
inciden en el tiempo de desaduanamiento y en sus costos. Esa visión de
compartimentos estancos es la que hay que superar con un enfoque
distinto, superador: el método sistémico.
El 23 de mayo último, la Argentina comunicó formalmente a la
Organización Mundial del Comercio (OMC) su voluntad de adherir desde su
entrada en vigencia -prevista para fines de este año- al Acuerdo sobre
Facilitación del Comercio (AFC), sellado en la Novena Conferencia
Ministerial de Bali, Indonesia, en diciembre de 2013.
Esa decisión
implica que el país deberá abocarse de manera inmediata a la
conformación del Comité de Facilitación del Comercio, tal como prevé el
Acuerdo, y que en esa tarea deberán participar los distintos organismos
públicos y entidades privadas que intervienen en el comercio exterior
argentino, con diverso grado de representatividad y responsabilidad.
La
puesta en marcha de ese organismo constituye una oportunidad histórica
para abordar el comercio exterior con una visión o enfoque sistémico.
Como en los humanos
Al
igual que el sistema circulatorio en el cuerpo humano, el flujo
internacional de mercaderías en un país, claramente constituye un
sistema en donde todos los bienes que se importan y exportan equivalen a
los componentes de la sangre, y los sujetos que intervienen en la
operatoria a los órganos del cuerpo humano que forman parte del
circuito.
El mecanismo de funcionamiento son los procesos y
regímenes aduaneros, que equivalen a la sístole y diástole cardíaca, y
por último, las propiedades emergentes constituidas por el ingreso de
bienes y divisas para satisfacer necesidades de los ciudadanos, es
equivalente al suministro de nutrientes y oxígeno que realiza la sangre.
El
equilibrio de la balanza comercial nacional equivale al equilibrio de
la temperatura corporal que el sistema cardiovascular otorga al cuerpo
humano.
Y así como el organismo posee sensores que detectan la
presencia de lastimaduras e inflamaciones que desvían u obstruyen el
flujo sanguíneo, la conformación de una mesa de diálogo y coordinación
permanente, donde participen todos los protagonistas del comercio
exterior, permitirá monitorear y coordinar tareas en aquellas áreas que
presenten demoras u obstáculos al flujo de mercaderías.
Lejos del mundo
Suele afirmarse que la Argentina está lejos del mundo, que los mercados a los que vende sus productos están distantes.
La
Cámara de Comercio Internacional realizó un trabajo en el cual calculó
la distancia promedio que recorren las exportaciones de cada país, y en
promedio mundial, cada exportación recorre 4656 kilómetros para llegar a
su destino.
Al mismo tiempo, las exportaciones argentinas viajan 8913 km en promedio, casi el doble que el promedio global.
Está
distancia, sumada a una estructura logística interna basada en
transporte por camión en lugar de transporte ferroviario implica una
logística ineficiente y onerosa.
Para seguir con las
comparaciones, podemos citar que el promedio de los 10 países más
exportadores es de 4278 km. O sea, los que más exportan, recorren la
mitad de kilómetros de que los que viajan las mercancías argentinas.
Habitualmente
las comparaciones de la Argentina hacen realizan con dos países como
Australia y Nueva Zelanda, tanto por su ubicación en el hemisferio sur y
por la distancia a los principales mercados, como por los tipos de
mercadería exportadas.
Las mercaderías de Australia tienen que
recorrer 8615 km para llegar a destino, y las de Nueva Zelanda, 10.099,
distancias similares a las de la Argentina.
Ambos países ya
ratificaron el AFC. Estas naciones, cuyos mercados se encuentran lejos,
reconocen la importancia de reducir los costos de los procesos
administrativos de importación y exportación.
Aunque los costos de
ambos países para exportar parecen ser bastante diferentes. Según el
Doing Business 2016 del Banco Mundial, el costo de exportar un
contenedor desde la Argentina es de 1910 dólares, mientras que el de
Australia es US$1538 y el de Nueva Zelanda US$694. Estos datos contienen
trámites y documentación, transporte interno y costo de frontera o
puerto.
La Argentina es cara para exportar, por lo cual, la
reducción que promete el AFC es esencial para nuestra economía. Mejorar
el proceso de exportación puede significar ingresar a más mercados.
En
su obra magna Tratado de Filosofía, el epistemólogo y filósofo
argentino Mario Bunge dice que todas las cosas (tanto materiales como
inmateriales) constituyen un sistema o forman parte de un sistema.
Define sistema al conjunto de elementos relacionados y estructurados
entre sí, con un mecanismo de funcionamiento propio, y con propiedades
emergentes, en donde el todo no es igual a la suma de las partes.
La
investigación de un sistema concreto requiere la construcción de un
modelo C.E.S.M. que consiste en la descripción de la Composición (sus
partes o elementos), el Entorno (elementos externos que modifican a los
componentes del sistema o que resultan modificados por ellos), la
eStructura (relaciones entre los componentes) y por último el Mecanismo
(procesos que se dan dentro de un sistema).
Aquí debemos tener
presente que el análisis sistémico resulta de absoluta utilidad para la
comprensión de fenómenos complejos tales como el comercio internacional o
los procesos de integración regional, toda vez que presupone la
existencia de niveles sistémicos, esto es que un sistema forma o puede
formar parte de un sistema más grande que podemos llamar metasistema o
estar compuesto de subsistemas, los que a su vez pueden estar compuestos
de otros más pequeños aún, y así podríamos seguir hasta llegar a los
componentes más elementales.
Elementos
Complementando esta
línea de análisis, y considerando que nuestro objeto de estudio es el
flujo internacional de mercaderías en un espacio territorial determinado
(en nuestro caso, la Argentina), debemos precisar algunas
particularidades vinculadas a dicho objeto, y para ello, lo haremos
precisando cada uno de los conceptos CESM referidos precedentemente:
Composición.
Los elementos que conforman el sistema de comercio exterior argentino
son la totalidad de las mercaderías que se importan y exportan.
Entorno. El resto de los países y bloques regionales del mundo.
Estructura. Son todos los procesos que regulan la importación y exportación de mercaderías.
Mecanismo de funcionamiento. Aquí
está el quid de la cuestión, la forma en que funciona el sistema, y en
particular, el rol que poseen cada uno de los protagonistas en cada uno
de los procesos.
La Argentina se encuentra ante una posibilidad
histórica de abordar toda su problemática de comercio exterior de una
forma integral y sistémica, con participación de todos los sectores y
con un instrumento administrativo y otro metodológico que le permitirá
mejorar procesos para participar en mejores condiciones en el
competitivo mercado internacional en donde los méritos no son solo
empresarios, sino de todo el sistema que le sirve de soporte.
¿De
qué vale tener una de las tierras más productivas del planeta si al
momento de poner nuestros productos en la góndola internacional, los
mismos son desplazados por otros competidores que llegaron más rápido y
con menores costos?
Hay que trabajar muy fuerte, coordinando
acciones y esfuerzos en miras a lograr un objetivo común concreto:
eliminar la desventaja competitiva del país.
La tarea no es sencilla y no se logra de un día para el otro. Pero es necesario comenzar.
Los
autores son contador y Magister en Administración Tributaria y Hacienda
Pública (Instituto de Estudios Fiscales de España), y abogado, profesor
universitario y Miembro del Grupo de Redacción del Código Aduanero del
Mercosur.
Fuente: Lanacion.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario