martes, 15 de noviembre de 2016

Innovar en mercados no tradicionales

Aunque el proceso de internacionalización ya había empezado, la crisis de 2001 empujó al laboratorio a explorar tierras más lejanas; consejos prácticos para empresas que quieran expandirse.

Salir a competir al mundo, conquistar nuevos mercados, mover la producción a otras geografías donde la competencia es fuerte. En cierto punto de su desarrollo, algunas compañías se enfrentan a la necesidad de pasar a otro nivel e internacionalizar su negocio. Unas lo hacen para expandirse; otras para no desaparecer en un mercado local que acota sus posibilidades.
En el caso de Laboratorio Bagó, esa encrucijada llegó en 2001. Si bien la empresa ya había realizado una expansión en Sudamérica, la inestabilidad argentina y la difícil situación política y económica de otros países de la región motivaron un proceso inédito: establecerse en mercados no tradicionales.
Al frente de ese desafío estuvo Rallys Pliauzer, director de Negocios Internacionales de la compañía y actual presidente de la Cámara Argentina de Comercio para Asia y Pacífico, quien se presentó durante la jornada "Management, innovación y creatividad para emprender", organizada por la Escuela Argentina de Negocios, para disertar sobre "Innovación en la expansión internacional de una empresa nacional".
"Lo de 2001 fue una segunda etapa porque antes nos habíamos expandido en algunos países de nuestra región. Pero fue muy diferente, porque debíamos entrar en mercados donde nos sintiéramos más locales que los americanos, europeos o japoneses, y por eso nos enfocamos en plazas como Asia, África, Medio Oriente, Turquía y países de la ex Unión Soviética", recordó.

Efectos de la globalización

Esta globalización implicaba llegar a mercados muy diferentes, con particularidades que exigieron elegir con cuidado los productos a exportar, definir objetivos muy concretos y sobre todo, conocer en qué aspectos podían diferenciarse y ser más competitivos que las otras empresas, locales y multinacionales.
Asimismo, más allá de los problemas del idioma y otras diferencias culturales, la empresa se enfrentó a otra realidad: la Argentina está lejos del mundo. "Ahí entendimos que buscar productos baratos para exportar no es siempre la mejor idea ya que los costos de la logística influirán mucho en el precio y afectarán la competitividad", explicó Pliauzer. Efectivamente, hay que determinar muy bien cuánto del precio se llevará la empresa de fletes, así como también estudiar a la perfección las cantidades y el tipo de transporte que se usará.
El costo de la logística y la distancia del país "respecto del mundo" son temas recurrentes. "El costo del transporte es una commoditie internacional. Hay un costo por distancia que tiene que ser pagado. La cuestión es de qué manera nuestra industria logra hacer productos diferenciados, de calidad, que tengan un precio superior y que permita absorber esos costos logísticos de una manera más eficiente y sin tanto impacto en sus márgenes", reflexionó Pliauzer.
Más allá de costos y estrategias, lo cierto es que hoy -15 años después de aquella necesidad de expansión- el laboratorio se transformó y coloca productos en más de 50 países; cuenta con 11 plantas productivas en la Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, México, Pakistán y Uruguay; 85 patentes obtenidas en 15 países por investigaciones y desarrollos propios; casi 3000 empleados en el exterior y más de 480 productos que cubren 46 líneas terapéuticas.
También, en esos años, cambió la manera de internacionalizar los negocios: "En el escenario actual tenemos que tener mucho cuidado para que la inflación no se coma al dólar para no perder competitividad", alertó Pliauzer. En efecto, hoy existen muchos sectores que están de nuevo con problemas de competitividad, que no cuentan con diferencias técnicas fuertes en el mercado mundial -en especial los que venden commodities- y que están muy preocupados por su capacidad de competir.
Según el directivo, la carga impositiva es aún muy fuerte en el país y espera que el Gobierno la pueda controlar. Pero más allá de eso, "estamos mejor que hace dos años y, sin lugar a dudas, contamos con un equipo técnico que tiene consciencia de las cosas, que reconoce la verdad del diagnóstico, trabaja para bajar la inflación y para que las pymes puedan tener mejores condiciones comerciales", comentó.

Por la innovación

Con ese panorama, la innovación se vuelve fundamental para empezar a pensar en un negocio internacional. "Hablar de innovación significa que estamos dejando atrás mucho tiempo en el que nos preocupábamos de otras cuestiones como la problemática aduanera fiscal, que nos distrajo del eje central que es ocuparnos en la estrategia de desarrollo del negocio, para mejorarlo y llevarlo a mercados externos", dijo Daniel Iglesias, responsable de la carrera de Negocios internacionales de la Escuela Argentina de Negocios.
"El año empezó con muchas expectativas por la liberalización del mercado de cambios y la flexibilidad de restricciones, aunque aún no se visualizan medidas que impulsen al verdadero motor del comercio exterior, la exportación de bienes con valor agregado", agregó.
Para Iglesias, las empresas que hoy se proponen salir al mercado externo tienen la expectativa de aumentar sus ventas y generar divisas, pero en su mayoría, se encuentran con inconvenientes de competitividad, luego de una década en la que las exportaciones fueron muy complejas. "Ciertos sectores ven con preocupación un aumento de importaciones de productos terminados y una baja en la importación de insumos. Todo hace prever una caída en la producción industrial y semi-industrial", pronosticó.

Reglas claras

Por su parte, Rallys Pliauzer, destacó que los empresarios quieren reglas claras. "No buscamos subsidios, ni beneficios fiscales, sino reglas claras por 20 años, porque estos procesos de internacionalización llevan mucho tiempo". Al respecto, el caso Bagó es un buen ejemplo: su proceso de expansión a mercados no tradicionales lleva poco más de 15 años y representa el 10% de la facturación del grupo. Aunque en ese lapso pasó de todo en la Argentina: "Hubo devaluación, corralito, inflación, Moreno, no, Moreno? Todas estas cosas nos perjudican", se lamentó.
Tener un horizonte de condiciones bien explícitas para todos es clave en este tipo de desarrollos.
"En el gobierno anterior existían grandes dudas respecto de la parte económica. Necesitamos que haya un plan económico y que todos sepamos hacia dónde va", argumentó Pliauzer, quien pidió también atención sobre cuestiones sociales.
Contó que en un almuerzo que compartió con el Presidente se alarmó al escuchar a Macri remarcar que de 4 alumnos que van al colegio secundario, 2 no terminan y 1 no tiene capacidad de interpretar textos. "Entendí que nos decía: Señores, quieren exportar productos de calidad y acá no tenemos futuros estudiantes universitarios".
La falta gente capacitada es un punto que lo preocupa especialmente y para superarlo propuso que "la escuela pública vuelva a nivelar para arriba, que permita que los argentinos accedan a trabajos de calidad".
Por último, Pliauzer dejó algunos consejos para los que quieren empezar una etapa de expansión: "Estudiar bien los mercados, analizar por qué tienen un producto ganador que pueda penetrar en otro país, participar de forma activa en cámaras de comercio y una mayor ayuda del Gobierno a las pymes, en especial para asesoramiento legal, gastos pre operativos e investigaciones de mercado".

Paso a paso

Debut
Foto: LA NACION
La planta BF Biosciences en Pakistán, que se dedica a la fabricación de productosde biotecnología, es la primera de su tipo en ese país
Global
Foto: LA NACION
Bagó tiene compañías propias en 22 países y sus productos están presentes en más de 50 países de los 5 continentes
Diferenciación
Foto: LA NACION
La clave pasa por ver de qué manera nuestra industria logra hacer productos diferenciados y de calidad, que permitan absorber los costos logísticos, dicen en Bagó.
 
Fuente: Lanacion.com.ar 

 

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