Aunque el proceso de internacionalización ya había empezado, la crisis de 2001 empujó al laboratorio a explorar tierras más lejanas; consejos prácticos para empresas que quieran expandirse.
Salir
a competir al mundo, conquistar nuevos mercados, mover la producción a
otras geografías donde la competencia es fuerte. En cierto punto de su
desarrollo, algunas compañías se enfrentan a la necesidad de pasar a
otro nivel e internacionalizar su negocio. Unas lo hacen para
expandirse; otras para no desaparecer en un mercado local que acota sus
posibilidades.
En el caso de Laboratorio Bagó, esa encrucijada
llegó en 2001. Si bien la empresa ya había realizado una expansión en
Sudamérica, la inestabilidad argentina y la difícil situación política y
económica de otros países de la región motivaron un proceso inédito:
establecerse en mercados no tradicionales.
Al
frente de ese desafío estuvo Rallys Pliauzer, director de Negocios
Internacionales de la compañía y actual presidente de la Cámara
Argentina de Comercio para Asia y Pacífico, quien se presentó durante la
jornada "Management, innovación y creatividad para emprender",
organizada por la Escuela Argentina de Negocios, para disertar sobre
"Innovación en la expansión internacional de una empresa nacional".
"Lo
de 2001 fue una segunda etapa porque antes nos habíamos expandido en
algunos países de nuestra región. Pero fue muy diferente, porque
debíamos entrar en mercados donde nos sintiéramos más locales que los
americanos, europeos o japoneses, y por eso nos enfocamos en plazas como
Asia, África, Medio Oriente, Turquía y países de la ex Unión
Soviética", recordó.
Efectos de la globalización
Esta
globalización implicaba llegar a mercados muy diferentes, con
particularidades que exigieron elegir con cuidado los productos a
exportar, definir objetivos muy concretos y sobre todo, conocer en qué
aspectos podían diferenciarse y ser más competitivos que las otras
empresas, locales y multinacionales.
Asimismo, más allá de los
problemas del idioma y otras diferencias culturales, la empresa se
enfrentó a otra realidad: la Argentina está lejos del mundo. "Ahí
entendimos que buscar productos baratos para exportar no es siempre la
mejor idea ya que los costos de la logística influirán mucho en el
precio y afectarán la competitividad", explicó Pliauzer. Efectivamente,
hay que determinar muy bien cuánto del precio se llevará la empresa de
fletes, así como también estudiar a la perfección las cantidades y el
tipo de transporte que se usará.
El
costo de la logística y la distancia del país "respecto del mundo" son
temas recurrentes. "El costo del transporte es una commoditie
internacional. Hay un costo por distancia que tiene que ser pagado. La
cuestión es de qué manera nuestra industria logra hacer productos
diferenciados, de calidad, que tengan un precio superior y que permita
absorber esos costos logísticos de una manera más eficiente y sin tanto
impacto en sus márgenes", reflexionó Pliauzer.
Más allá de costos y
estrategias, lo cierto es que hoy -15 años después de aquella necesidad
de expansión- el laboratorio se transformó y coloca productos en más de
50 países; cuenta con 11 plantas productivas en la Argentina, Bolivia,
Brasil, Chile, México, Pakistán y Uruguay; 85 patentes obtenidas en 15
países por investigaciones y desarrollos propios; casi 3000 empleados en
el exterior y más de 480 productos que cubren 46 líneas terapéuticas.
También,
en esos años, cambió la manera de internacionalizar los negocios: "En
el escenario actual tenemos que tener mucho cuidado para que la
inflación no se coma al dólar para no perder competitividad", alertó
Pliauzer. En efecto, hoy existen muchos sectores que están de nuevo con
problemas de competitividad, que no cuentan con diferencias técnicas
fuertes en el mercado mundial -en especial los que venden commodities- y
que están muy preocupados por su capacidad de competir.
Según el
directivo, la carga impositiva es aún muy fuerte en el país y espera que
el Gobierno la pueda controlar. Pero más allá de eso, "estamos mejor
que hace dos años y, sin lugar a dudas, contamos con un equipo técnico
que tiene consciencia de las cosas, que reconoce la verdad del
diagnóstico, trabaja para bajar la inflación y para que las pymes puedan
tener mejores condiciones comerciales", comentó.
Por la innovación
Con
ese panorama, la innovación se vuelve fundamental para empezar a pensar
en un negocio internacional. "Hablar de innovación significa que
estamos dejando atrás mucho tiempo en el que nos preocupábamos de otras
cuestiones como la problemática aduanera fiscal, que nos distrajo del
eje central que es ocuparnos en la estrategia de desarrollo del negocio,
para mejorarlo y llevarlo a mercados externos", dijo Daniel Iglesias,
responsable de la carrera de Negocios internacionales de la Escuela
Argentina de Negocios.
"El año empezó con muchas expectativas por
la liberalización del mercado de cambios y la flexibilidad de
restricciones, aunque aún no se visualizan medidas que impulsen al
verdadero motor del comercio exterior, la exportación de bienes con
valor agregado", agregó.
Para Iglesias, las empresas que hoy se
proponen salir al mercado externo tienen la expectativa de aumentar sus
ventas y generar divisas, pero en su mayoría, se encuentran con
inconvenientes de competitividad, luego de una década en la que las
exportaciones fueron muy complejas. "Ciertos sectores ven con
preocupación un aumento de importaciones de productos terminados y una
baja en la importación de insumos. Todo hace prever una caída en la
producción industrial y semi-industrial", pronosticó.
Reglas claras
Por
su parte, Rallys Pliauzer, destacó que los empresarios quieren reglas
claras. "No buscamos subsidios, ni beneficios fiscales, sino reglas
claras por 20 años, porque estos procesos de internacionalización llevan
mucho tiempo". Al respecto, el caso Bagó es un buen ejemplo: su proceso
de expansión a mercados no tradicionales lleva poco más de 15 años y
representa el 10% de la facturación del grupo. Aunque en ese lapso pasó
de todo en la Argentina: "Hubo devaluación, corralito, inflación,
Moreno, no, Moreno? Todas estas cosas nos perjudican", se lamentó.
Tener un horizonte de condiciones bien explícitas para todos es clave en este tipo de desarrollos.
"En
el gobierno anterior existían grandes dudas respecto de la parte
económica. Necesitamos que haya un plan económico y que todos sepamos
hacia dónde va", argumentó Pliauzer, quien pidió también atención sobre
cuestiones sociales.
Contó que en un almuerzo que compartió con el
Presidente se alarmó al escuchar a Macri remarcar que de 4 alumnos que
van al colegio secundario, 2 no terminan y 1 no tiene capacidad de
interpretar textos. "Entendí que nos decía: Señores, quieren exportar
productos de calidad y acá no tenemos futuros estudiantes
universitarios".
La falta gente capacitada es un punto que lo
preocupa especialmente y para superarlo propuso que "la escuela pública
vuelva a nivelar para arriba, que permita que los argentinos accedan a
trabajos de calidad".
Por último, Pliauzer dejó algunos consejos
para los que quieren empezar una etapa de expansión: "Estudiar bien los
mercados, analizar por qué tienen un producto ganador que pueda penetrar
en otro país, participar de forma activa en cámaras de comercio y una
mayor ayuda del Gobierno a las pymes, en especial para asesoramiento
legal, gastos pre operativos e investigaciones de mercado".
Paso a paso
Debut
La
planta BF Biosciences en Pakistán, que se dedica a la fabricación de
productosde biotecnología, es la primera de su tipo en ese país
Global
Bagó tiene compañías propias en 22 países y sus productos están presentes en más de 50 países de los 5 continentes
Diferenciación
La
clave pasa por ver de qué manera nuestra industria logra hacer
productos diferenciados y de calidad, que permitan absorber los costos
logísticos, dicen en Bagó.
Fuente: Lanacion.com.ar
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