martes, 6 de septiembre de 2016

La normalidad china y nosotros

El gigante busca un equilibrio diferente entreel consumo interno y la inversión; cómo potenciarla relación con la región en el nuevo escenario.

                           Trabajadores en un frigorífico en China foto: LA NACION

Recientemente visité China con el objetivo de explorar vías de acercamiento y cooperación con el gigante asiático en proyectos de desarrollo que nuestro banco de desarrollo subregional podría poner en práctica. Me reuní con el presidente del Bank of China International Group, Cao Yuanzheng, y el gobernador de Harbin, capital de la provincia de Heilongjiang, Sun Yao, entre otras autoridades y líderes empresariales.
Para quienes como nosotros trabajamos en iniciativas que se implementan en países o provincias de la Cuenca del Plata, que pueden ser comparables -en las dimensiones chinas- a un pequeño municipio, observar de cerca la monumental transformación socioeconómica que tiene lugar hoy, es una lección en economía política. En la búsqueda de mantener una posición de liderazgo a nivel global, China se planteó mantener un nivel de crecimiento de alrededor de 6 o 7% anual, claramente por debajo de los históricos niveles de 9 o 10% en décadas pasadas.
Profundizar el modelo de economía social de mercado significa, en China, aplicar una regulación flexible que no obstruya el dinamismo de las fuerzas del mercado y al mismo tiempo permita un nivel de planificación que para un país de sus dimensiones parece inevitable.
La nueva normalidad china busca un equilibrio diferente entre el consumo interno y la inversión, intentando la consolidación de una clase media en las ciudades, todo en el marco de una reconversión de la economía dirigida cada vez más a la priorización de las áreas de conocimiento y de tecnología de avanzada.
Si bien la expansión de la importación de materias primas minerales y agrícolas de América latina por parte de China se frenó, si la comparamos con los niveles de la década pasada, mantiene aún límites aceptables, pero inevitablemente impactó de forma negativa en la demanda global y los precios, generando un impacto negativo en el crecimiento regional.
China es a todas luces un socio comercial privilegiado de la Argentina, Brasil, Paraguay, Bolivia y Uruguay, todos miembros de Fonplata (Fondo Financiero para el desarrollo de la Cuenca del Plata).
La nueva normalidad china conlleva entonces un ajuste del modelo tradicional de exportación de nuestras commodities y abre oportunidades en el terreno de la inversión china en grandes proyectos de desarrollo y en asociaciones público-privadas.
Lo que ha sido una perdida en el sector de la importación de materias primas puede transformarse en una oportunidad, siempre y cuando que estemos decididos y nos preparemos para ello (ver recuadro).
Es tiempo de una relación más madura, más profunda estructuralmente y cuyos beneficios se extiendan a todos.
El autor es presidente ejecutivo de Fonplata

Saldar deudas

Según un reciente estudio de la Comisión Económica para América Latina de las Naciones Unidas (Cepal), América Latina es una región prioritaria para la inversión china y ello se mantiene así, aunque la modalidad de las inversiones pueda ir cambiando.
Por otro lado, lo que puede ser una pérdida en el sector de importación de materias primas, puede transformarse en una oportunidad, pero para aprovechar las nuevas tendencias, la región debe inevitablemente mejorar sus capacidades en educación, innovación tecnológica y por ende en productividad.
En 2030, 220 millones de chinos habrán concluido la educación terciaria, más del doble que la cifra latinoamericana.
Hoy China está interesada en la búsqueda, más allá de las inversiones tradicionales en infraestructura, de oportunidades de asociación en áreas y sectores donde existan reales posibilidades de ingresar a las cadenas globales de valor. El sector agrícola inteligente podría ser uno de ellos.
Por otro lado y tras la primera cumbre entre China y los países de la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac) del pasado año, se fijaron pautas ambiciosas que establecen la meta de US$250.000 millones de inversión china en los próximos diez años.
En este contexto, las plataformas regionales y subregionales, incluyendo a Fonplata, podrían representar un puente para la puesta en práctica de ambiciosos proyectos de asociación con China. Más allá de los acuerdos bilaterales con países individuales, percibimos en nuestros intercambios en China que hay un gran potencial de trabajo conjunto con plataformas integradas.

Fuente: lanacion.com.ar

 

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