El presidente del BICE dijo que el principal objetivo es que cada vez más pymes tengan acceso al crédito y que no está mal financiarse, sino hacerlo de modo deficiente.
El costo más grande del comercio exterior hoy, es la
burocracia pública, la dificultad para exportar, para importar, los
tiempos de aduana, los trámites." El que habla es Pablo García,
presidente del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). Durante
una entrevista con la nacion se refirió al nuevo enfoque con el que
están trabajando para que cada vez más pymes tengan acceso al crédito y
herramientas que impulsen su comercio exterior.
-¿Cuál es el rol actual del BICE?
-Ser
un banco de desarrollo que tiene como función primordial completar
mercados. La idea no es competir con los bancos comerciales sino hacer
lo que esos bancos no hacen, encontrar nichos donde no están
funcionando.
-¿Por ejemplo?
-Tenemos
dos objetivos grandes: enfocarnos en el financiamiento para pymes
-trabajamos en todo el ciclo de la empresa, desde que nace, se bancariza
y comienza a exportar, y tenemos también líneas nuevas de
internacionalización, cuando una empresa ya creció, exportó y se quiere
expandir en el exterior-, y en financiar la producción y el comercio
exterior a largo plazo.
En nuestro diagnóstico, los bancos hoy te
financian a corto plazo, dos, tres meses con depósitos a la vista, plazo
fijo. Queremos es que se acostumbren a prestar a largo plazo y para eso
les cubrimos el descalce, pero ellos toman el riesgo de largo plazo.
También participamos en financiamientos directos de largo plazo, tomando
los tramos largos. Por ejemplo si hay una operación de un monto muy
grande, de US$50 millones, que necesita 7 años de plazo, intentamos ir
con otros bancos y sindicar la operación y podemos llegar a tomar el
tramo más largo.
-¿Qué instrumentos brindan para el comercio exterior?
-Recientemente
lanzamos Impulsa Comex, que está destinada a líneas de pre y post
financiación de exportaciones con una tasa fija de 1,5%, donde apuntamos
a promover el desarrollo productivo del país mediante la asistencia
financiera a pymes que aún no lograron acceder a mercados
internacionales y el apoyo a las grandes empresas que necesitan más
financiamiento para crecer.
Otra herramienta que ofrecemos es el forfaiting.
Había empresas que salían a exportar su producto, con precio y calidad
pero no tenían financiamiento para ofrecer a sus potenciales clientes, y
en el exterior si no vas con financiamiento es muy difícil competir.
Especialmente en la comercialización de bienes de capital, plantas llave
en mano, en las licitaciones quedaban afuera por no contar con
financiamiento. Esto era algo que no se podía hacer en la Argentina
porque había que liquidar las exportaciones en un mes.
Trabajamos
con la Secretaría de Comercio y el Banco Central para tratar de cambiar
el plazo. Primero logramos que lo extiendan a 5 años y ahora a 10. Así,
con el forfaiting, al exportador argentino en el momento que hace
la exportación, les descontamos la carta de crédito y nos quedamos con
la deuda del importador.
-¿Qué ventajas tiene el sistema?
-Dos:
la primera, el exportador dentro de su oferta de producto puede ofrecer
financiamiento a sus clientes del exterior. La segunda, nos quedamos
con la deuda de su importador. No es deuda para él.
-¿Con qué países trabajanpara que las pymes puedan usar el forfaiting?
-Lo lanzamos hace poco y como en las operaciones de forfaiting
el exportador nos pide una cotización, negocia con el importador y
demás, es todo un proceso. En general, en los países donde somos más
competitivos es más complicado el tema del banco confirmador. En
Centroamérica, por ejemplo, estamos avanzando con el Banco
Centroamericano de Integración Económica (BCIE) para que nos salga de
confirmador. Ahí creemos que hay una oportunidad. Vemos también algunos
países del Este Asiático y en África, que es donde hay más demanda.
-Cuando se habla de competitividad, generalmente se hace foco en el tipo de cambio, ¿cómo lo ve?
-La
competitividad tiene muchos factores. Si uno lo mira el tipo de cambio a
largo plazo, la Argentina tiene períodos de apreciación y depreciación.
La cuestión es cómo se genera competitividad sistémica a largo plazo.
Eso tiene que ver con cuestiones inherentes a la propia empresa y a
otras donde el Estado tiene un rol que jugar.
En términos de
comercio exterior, por un lado está todo lo que tiene que ver con la
política arancelaria pero más allá de eso, el costo más grande que
tenemos hoy es la burocracia pública, la dificultad para exportar, para
importar, los tiempos de aduana, los trámites. Y ahí la iniciativa más
importante que hay es la de la Ventanilla Unica de Comercio Exterior
(VUCE). Es un cambio paradigmático. Hoy es mucho más caro tener por un
día la mercadería parada en la aduana que un punto de arancel. El costo
financiero, en ese sentido, es muy fuerte.
Otra cuestión que tiene
que ver también con lo que está haciendo el Estado, y que influye
dentro de la competitividad, es el financiamiento. Cómo hacemos para
poder poner en manos del exportador un financiamiento que sea apropiado.
Y ahí están todas estas cuestiones normativas que cambiamos para que
exista, por caso, el forfaiting y otras como los seguros de créditos a la exportación que hicimos en España.
-Participó de la gira presidencial a España, ¿cuál fue el resultado?
-Logramos
varias cosas. Lo más relevante desde el punto de vista del comercio
exterior es que cerramos un acuerdo con la Compañía Española de Seguros
de Crédito de Exportación para que nos califique y a su vez nosotros
poder prestarle a las pymes. El objetivo es poder pasarle a la pyme
argentina el costo de financiamiento europeo. Hoy una empresa en España
se financia a 7 años a 1,5%. Funciona así: tenés una PYME que quiere
hacer un proyecto de inversión, por ejemplo, poner un molino de
generación de viento para autoabastecimiento, y las aspas que necesita
son de origen español. El BICE le hace un préstamo a esta empresa, y
nosotros tomamos el riesgo Pyme, y el banco español, nos presta a
nosotros. El Cesce le dará un seguro al banco español y éste, a su vez,
le prestará al BICE a las mismas tasas que le presta a las empresas
españolas. Entonces le podemos traspasar ese costo de financiamiento más
barato a las pymes. Eso queremos replicarlo con otros países.
-¿A qué apunta el programa Primer Crédito Pyme que lanzaron en 2016?
-Lo
diseñamos pensando en tres problemas. Las pymes que hoy no están
tomando financiamiento, se autofinancian o se financian en el mercado
informal, lo hacen porque no tienen garantías, porque es muy caro o
porque les prestan a corto plazo, y porque es muy engorroso el proceso.
Entonces en este crédito, en vez de mirar a la empresa desde el punto de
vista patrimonial -cómo está su hoja de balance- empezamos a verla en
función de su flujo de negocios. Muchas de estas operaciones las hacemos
a sola firma, es decir, a confianza, sin garantías. En aquellas que son
más riesgosas trabajamos mucho con las sociedades de garantía
recíprocas.
El segundo tema que tiene que ver con las tasas y los
plazos. Lo que hicimos fue prestar con un techo. La tasa máxima que
pagará la empresa es de 16% y después una tasa variable que se va a
4,5%. Si la tasa de interés va por debajo de ese techo, automáticamente
pasan a pagar la tasa más barata, así no tienen que renegociar. Damos
hasta 7 años de plazo, con 2 años de gracia.
Y el tercer tema es
que lo hicimos fácil. Se solicita el crédito por internet y hacemos la
calificación. Una vez que pre-aprobamos el préstamo, tenemos un equipo
que los llama para el seguimiento.
-Muchas pymes suelen
sentirse orgullosas de financiarsecon capital propio y tienen cierta
cautela al acercarse a los bancos. ¿Es una percepción correcta?
-Es
algo muy interesante. Se trata de una cuestión de educación financiera.
Lo que hicieron fue crecer mucho más despacio y más caro, es cultural.
No está mal financiarse, lo que está mal es financiarse deficientemente.
Como respuesta lanzaremos en breve, una suerte de universidad virtual
para pymes con cursos gratuitos especializados sobre cómo armar una
carpeta crediticia, un flujo de negocios, un plan de expansión, qué son
los incoterms, cómo se hace una carta de crédito, etc.
El 72% de
las operaciones que aprobamos son en el interior. Tenemos muchas
operaciones que son en lugares donde no tenemos oficinas. Poder acceder a
través de internet y hacerlo fácil, funciona muy bien, federaliza y
democratiza el acceso.
-¿Cuáles son los desafíos del BICE a futuro?
-Para
este año tenemos una meta de crecimiento súper fuerte. El año pasado
crecimos 158%. Cuando tomamos el banco los desembolsos eran muy pocos,
rondaban los 2600 millones aproximadamente y lo llevamos a 6500
millones.
Para este año, planteamos duplicar el monto, terminar en
más de 13.500 millones. La buena noticia es que para esa meta que
tenemos de desembolso, ya tenemos el fondeo, ahora el desafío es colocar
esos recursos. Ya desde la última parte del año pasado y la primera de
este año, los desembolsos de inversión empezaron a crecer.
Y el
segundo desafío es consolidar el rol del banco, que sea un banco de
desarrollo con un foco muy fuerte en todo lo que tiene que ver con
comercio exterior.
Fuente: LaNacion.com.ar
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