jueves, 29 de junio de 2017

Inversiones para el mercado de capitales, ¿cambiamos?

El proyecto para reformar el sistema está en el Congreso desde noviembre de 2016 sin tener en cuenta que se trata de un artífice ineludible para generar alternativas de financiamiento.

Desde el punto de vista del crecimiento, los países se desarrollan a partir de instituciones sanas y sólidas, en términos jurídicos y económicos, que promuevan que la población ahorre e invierta.
El mercado de capitales es, sin duda, uno de los mecanismos de propagación de dicho proceso de crecimiento. Y, en efecto, no le debe faltar a un país.
Ahora cuidado, ese mercado de capitales es, al mismo tiempo, un buen reflejo de nuestro país.
Hace pocos días se realizó en Buenos Aires el IV Congreso Argentino en Mercado de Capitales, bajo el lema "Integración, Federalización y Educación, pilares del Nuevo Mercado de Capitales Argentino". Quiero compartir algunas cuestiones clave que se discutieron al respecto en dicho encuentro.
El programa esperaba debatir las reformas a la ley de mercado de capitales (cuyo proyecto ingresó al Congreso en noviembre de 2016).

Chicanas legislativas

Al momento, se traspapeló en los tiempos y chicanas del legislativo. Se hablaba también de un proyecto del Poder Ejecutivo de tratar las reformas mediante un decreto de necesidad y urgencia (DNU).
Al margen de mezquindades políticas, para la Argentina es tiempo de integración y maduración, de ser capaces de reconocer que es un momento importante para nuestro país en materia de mercado de capitales, ya que éste es artífice ineludible para dar lugar a diversas alternativas de financiamiento para las tan necesarias inversiones.
Así las cosas, con la creación del BYMA (Bolsas y Mercados Argentinos) y su reciente lanzamiento a oferta pública de las acciones, estrenamos un nuevo mercado.
BYMA nace y se integra con la Caja de Valores, la Bolsa de Valores y el Mercado de Valores (Merval) bajo el argumento de que un mercado de escaso volumen y fragmentado carece de eficiencia. Aún así, hoy nuestra plaza quedó conformada con cinco mercados: BYMA, Matba, Rofex, MAV y MAE.
Uno de los ejes centrales en materia de integración es la necesidad de que la Argentina pueda repatriar su mercado de capitales, que no opera en nuestro país sino en Nueva York.

Armonización de estándares

Se trata de la tan deseada integración regional e internacional, y la armonización de estándares regulatorios de donde se pueden tomar las mejores prácticas del exterior, a la espera de entender que la situación de parálisis afecta al crecimiento del mercado argentino.
Las empresas al momento de emitir se enfrentan a volúmenes muy bajos y volatilidad con niveles de riesgo tan amplios que quedan fuera de la selección de inversión de muchos fondos.
A modo de termómetro, se percibe que los inversores en equity muestran dudas en cuanto a si los cambios en la Argentina tienen la profundidad necesaria o no. Y también en cuanto a qué modelo de país queremos los argentinos.
Por ahora, todo parece estar atento y a la espera de las próximas elecciones.
Hay un reciente dato importante: la Argentina no aplicó a la categoría de mercado emergente, con válidas razones que explicitó Morgan Stanley: "Hace falta más tiempo para ver si estos cambios se mantienen hasta ser considerados irreversibles".
Podríamos pensar por qué se generó tanta sorpresa al respecto, es evidente que preferimos creer en espejismos. Los tímidos cambios en el mercado argentino no convencen, la calificación más baja nos dice que seguimos sin ser creíbles, aún hay mucho que trabajar. No están dadas las condiciones de confianza, seguridad jurídica y credibilidad a largo plazo.

Perder el tiempo

¿Qué se pierde cuando se pierde el tiempo? Sencillamente se pierden oportunidades que no se recuperan. Hay una carencia para llevar adelante estos procesos.
En rigor el "hubiera?" lamentablemente no existe.
Nuestra próxima fecha, de ser, será en 2018, condicionada a la realización de cambios verdaderos con las reformas y mejoras necesarias, además de demostrar estar convencidos de ese camino.
En este caso podrían habilitarnos recién para 2019. Nuevamente estamos frente a un proceso de disociación entre nuestra realidad y el camino que toman nuestros pares regionales, que cumplimentan los estándares y directrices internacionales.
La integración e interconexión es un camino, pero no es suficiente para que tengamos un mercado en vías de desarrollo.
Un mercado próspero requiere de instituciones, de inversores institucionales, de niveles de riesgo competitivos, así como que los beneficios lleguen a los inversores finales.
Hoy se debe trabajar muy duro y con firmeza a fin de salir de la frontera y emerger. De lo contrario tendremos un mercado que está pero no cumple su función.

Fuente: LaNacion.com.ar

 

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