La secretaria de Mercados Agroindustriales dice que el mundo aplaude la reinserción comercial argentina.
Inagotable en su potencial, la agroindustria
exportadora argentina deberá ahora entrenar duro luego de un largo y
forzado receso de 13 años, porque no sólo todavía tiene mercados
cerrados, sino que tendrá que activar todas las estrategias posibles de
alta negociación para recuperar los mercados perdidos. Nada, en comercio
exterior, es tan difícil como abrir una puerta que uno mismo cerró.
Marisa Bircher, secretaria de Mercados Agroindustriales del Ministerio
de Agroindustria, dedicó justamente los primeros 9 meses de gestión a un
"mapeo" de mercados y condiciones de acceso para la producción nacional
en el exterior. El diagnóstico fue crudo: "Había mercados cerrados sólo
porque no se había enviado la información sanitaria solicitada. Fue lo
primero que hicimos y logramos abrir 22 mercados en 9 meses".
¿En qué consiste el Programa Abriendo Mercados?
-En
trabajar codo a codo con 20 cadenas agroindustriales para saber dónde
estamos parados, qué producimos dónde vendemos y dónde no. Cada cadena
tiene su problemática diferente. Hay que segmentar. El programa tiene
varios ejes, y se trabaja con otros ministerios porque hay barreras
internas que hacen a la competitividad, como los altos costos de
transporte, excesivos gastos portuarios, presión fiscal y atraso en los
reintegros. La eliminación de las retenciones y los ROE fue mucho, pero
no fue todo.
¿Faltan abrir mercados?
-Trabajamos
en tres frentes simultáneos: abrir mercados a través del diálogo
sanitario; mantener los que están abiertos, siguiendo de cerca que no se
frenen embarques, por ejemplo, y estar cerca del sector privado para
recuperar los mercados. Pero hay una contraatacara: para abrir mercados a
nuestros alimentos hay que entender que ellos también quieren vendernos
sus alimentos.
¿Qué pesa más en esta tarea? ¿La discusión sanitaria o el diálogo político?
-Tenemos
que ser buenos negociadores. Hay señales políticas que terminan
cerrando mercados, y tenemos que borrar 10 años de malos mensajes
políticos y llevar la negociación al plano técnico, de la documentación,
con plazos.
¿Qué responde el mundo ante esta nueva etapa?
-El
feedback es muy positivo. La Argentina siempre tuvo una agenda
agroindustrial agresiva. Hoy, los mercados que no producen alimentos nos
quieren comprar. Y los que producen nos escuchan con mucha atención y
quieren estar cerca. Debemos recuperar la agenda ofensiva de
negociaciones. Y eso significa que la Argentina recupere la voz
cantante, mostrando cómo produce, no defendiendo su producción. El mundo
está tomando nota de que volvemos a "querer ser" el supermercado del
mundo. Y eso lo vamos a demostrar en el plano de las negociaciones
internacionales.
Cadenas globales de valor
La gesta de la
actual administración tendrá un plano de acción de campo y otro
conceptual. El primero es parecido a contraatacar luego de la retirada,
por lo que el ímpetu que le impongan a las negociaciones y a la
promoción de mercados será determinante. Sucede que la ausencia de un
mercado es una pérdida por partida doble: la participación propia, y el
reemplazo por un competidor que habrá que desplazar.
La segunda
tiene que ver con el mundo de las percepciones: llenar de contenido
expresiones tales como "pasar de granero del mundo a supermercado del
mundo" -una clara expresión de industrializar la materia prima en origen
y exportar valor agregado fraccionado, por ejemplo- o bien "la
Argentina puede alimentar a 400 millones de personas".
El problema
de estas declamaciones es que son varas muy altas si detrás no hay
equipos y recursos para ponerlos en práctica. Porque, nadie puede dudar
de la productividad del campo argentino ni de la calidad de sus
alimentos. No obstante, esta oferta no encontró los canales oficiales:
por mejor vendedor que sea un privado, es el Estado quien debe abrirle
ese mercado con su contraparte.
El equipo de Macri en
Agroindustria al menos viene con una capacitación en comercio exterior
excluyente, que lo lleva a conocer de planificación y tiempos de
negociación y no de acciones spot de promoción.
Ejemplos de esta
tarea se encuentran en la acción que se está emprendiendo con el
continente africano. Se venden alimentos, sí. Pero detrás de esos
alimentos se vende el conocimiento de los ingenieros agrónomos y la
tecnología de la maquinaria agropecuaria: aumentar la productividad en
destino equivale, en esta estrategia, a alimentar a más personas
también.
"Estoy orgullosa de ser el granero del mundo" señala
Bircher. Transformarse en el "supermercado" es el paso siguiente, dado a
partir de una promoción inteligente que permita abastecer a grandes
cadenas de alimentos del mundo.
Fuente: LaNacion.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario