El presidente de la Fundación ProMendoza destaca la oportunidad de mejorar la inserción del país en el mundo a partir de los cambios que motoriza la nueva administración; el debate en torno de los socios internacionales.
La política exterior de nuestro país ha tomado un
saludable cambio de rumbo buscando una mejor inserción de la Argentina
en el mundo, dándole un sentido mucho más práctico, con más énfasis en
el intercambio comercial y la búsqueda de acuerdos con nuevos países y
bloques comerciales.
Una nueva perspectiva, con más sentido común,
menos declamativa y más operativa, resulta muy importante para la
producción agrícola, agroindustrial y otras manufacturas de origen
industrial que ven en la exportación, un vehículo natural para el
crecimiento de muchas pymes del interior.
Ya quedó en el olvido la estrategia que aislaba al país y desalentaba las exportaciones.
El
debate actual demuestra la necesidad de facilitar una demorada
discusión de los objetivos y herramientas del país en su política
externa. Más aún, desde Mendoza hemos planteado la urgencia de una
política exterior con sentido federal, incluyendo la voz, la visión y
las necesidades de las provincias argentinas, ya que las realidades de
los sectores ligados a la Pampa húmeda difieren del resto del país.
Hay
muchos debates en juego en materia de política exterior: la
conveniencia o no de una convergencia entre el Mercosur y la Alianza del
Pacífico, el impulso a las negociaciones entre el Mercosur y la Unión
Europea, los acuerdos con países de América del Norte, el
fortalecimiento de las relaciones con China y el resto de los países
asiáticos y la participación argentina en foros internacionales, entre
otros.
Definir una convergencia entre la Alianza del Pacífico y el
Mercosur es estratégico. Recordemos que Chile es Estado Asociado al
Mercosur y que tanto Colombia como México poseen acuerdos firmados con
Mercosur o con sus países de manera bilateral. De hecho, la Asociación
Latinoamericana de Integración (Aladi) es previa a la creación de la
Alianza del Pacífico y del Mercosur, y es un organismo clave que debe
tomar relevancia nuevamente para el proceso de integración regional.
Precisamente
Aladi desde su creación en 1980 impulsó un área de preferencias
económicas en la región, con el objetivo final de lograr un mercado
común latinoamericano mediante tres mecanismos: una ventaja arancelaria
regional que se aplica a productos originarios de los países miembros
frente a los aranceles vigentes para terceros países, acuerdos de
alcance regional (comunes a la totalidad de los países miembros) y de
alcance parcial, con la participación de dos o más países del área.
Por
tanto, las conversaciones entre los dos bloques subregionales y la
posibilidad de que se avance en un espacio regional latinoamericano más
amplio, se debería enmarcar bajo el "paraguas" de Aladi que contiene y
ordena los distintos procesos de integración. Lamentablemente hasta el
momento, su ausencia es notable y su voz y liderazgo están ausentes en
todos los necesarios debates y acciones.
Las diversas dinámicas
que adquirieron tanto el Mercosur como la Alianza del Pacífico permiten
una creciente complementación económica.
La fuerte apuesta al
desarrollo industrial del Mercosur y México y la potencia en la
producción de alimentos del Mercosur se complementa con el dinamismo del
comercio exterior y los servicios de la Alianza del Pacífico, entre
otros.
Un nuevo enfoque, entonces, es de suma importancia,
especialmente para nuestras economías regionales, como es el caso de las
provincias, que al contar con un fuerte perfil exportador, miramos con
atención las posibilidades para nuestra oferta exportable de la
revitalización de un Mercosur más práctico y activo, así como el
acercamiento a otros países como México, Colombia, Perú o nuestro vecino
Chile.
Ha llegado la hora de ser consecuentes con los principios y
logros de nuestra rica historia y con los esfuerzos por la integración
que tienen más de medio siglo.
Ha llegado la hora de ser más
audaces e innovadores. Desde el rol que nos cabe en el Parlamento del
Mercosur, seguiremos insistiendo en la necesidad imperiosa de abocarnos a
la consecución de un proceso real y activo de integración regional y
vinculación con el mundo, abandonando debates estériles que poco ayudan a
la vida cotidiana de nuestros ciudadanos y sus organizaciones.
El autor es parlamentario del Mercosur, presidente de la Comisión de Asuntos Económicos, y presidente de la Fundación ProMendoza
Fuente: LaNacion.com.ar
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