Clinton, una vieja conocida para los políticos asiáticos, encarna lo que peor les cae de la cultura norteamericana; el futuro de la relación.
Los chinos preferían a Trump y no a Hillary. ¿Cómo es
posible que se sientan más cómodos con una persona que los acusa
abiertamente de estar "violando" a su país?
La verdad es que ambos candidatos usaron a China como un punching ball durante
la campaña. Culpar a alguien de afuera por los problemas internos
siempre sirve en épocas electorales, es de manual. Los funcionarios
chinos dieron muestras de que conocen el paño a pesar de que no tienen
elecciones al estilo occidental: "No se puede tomar en serio lo que se
dice durante una campaña", repiten. Así que tanto Hillary como Trump
quedan perdonados por estos excesos.
Pero mientras Trump es una
incógnita, a Hillary los chinos la conocen muy bien. Y el pasado es una
carga pesada, especialmente con gente tan memoriosa como los chinos.
Para resumir la cuestión, Hillary encarna lo que a los chinos les cae
peor de los Estados Unidos: la supuesta superioridad moral y su rol
hegemónico en el mundo.
Con
respecto a lo primero, Hillary desde que era primera dama critica a
China por los derechos humanos, la libertad de expresión, la democracia y
todo el set de valores occidentales. Esto no fue solo retórica, se vio
en hechos concretos. Por ejemplo cuando protegieron en la embajada
estadounidense al abogado disidente Chen Guangcheng, mientras Hillary
era secretaria de Estado.
En cuanto a lo segundo, Hillary es vista
como la principal promotora de la estrategia de los últimos años de
pivotear hacia el Asia, y que en Pekín se percibe como una amenaza.
Hablo del Transpacific Partnership (TPP) y la fuerte presencia en
el Mar del Sur de China. Al TPP lo ven como un instrumento para
excluirlos de su propia región, y a las cuestiones marítimas como un
medio para crear conflicto entre China y sus vecinos.
Pero
sería injusto decir que lo preferían a Trump sólo porque no era
Hillary. Preferían a Trump también por todo lo que él representa. La
idea de que la democracia -como la conocemos- obliga a los candidatos a
decir cualquier barbaridad con tal de ganar el voto de la gente, este
modelo así presentado, sin considerar sus ventajas, es inferior a la
tecnocracia que existe en China. Una breve recorrida por los foros
chinos de internet permite ver que el triunfo de Trump da aliento al
sistema chino de gobierno, que frente a los excesos norteamericanos
puede aparecer como más eficiente y civilizado.
El futuro
Lo
hecho, hecho está. Hillary perdió y Trump será el próximo presidente de
los Estados Unidos. ¿Qué se espera de la relación EE.UU-China?
Siguiendo con el paralelismo entre los dos candidatos, se puede hacer el
siguiente análisis. Dijimos que Hillary encarnaba la supuesta
superioridad moral y el rol hegemónico estadounidense que tanto molesta a
los chinos. Si nos basamos en las declaraciones de Trump que tanto
escandalizaron al mundo, no parece que el nuevo presidente vaya a
confrontar con China en el terreno de los valores.
El otro tema
que no queda tan claro es si Trump promete poner a EE.UU. primero
(America First), volver a hacer cosas grandes y maravillosas, ¿podrá
realmente replegarse sobre sí mismo o, por el contrario, eso le exigirá
reforzar su rol hegemónico? La respuesta será, tal vez, lo que defina la
relación entre las dos potencias y consecuentemente, nuestro siglo.
Fuente: LaNacion.com.ar
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