Durante el encuentro anual de Abeceb, expertos de diferentes países coincidieron en que es necesario dotar de mayor flexibilidad al acuerdo; cómo insertarse en un mundo más proteccionista.
Si bien hay características que posicionan al
Mercosur como una potencia económica: cubre un territorio de casi 13
millones de km2 y cuenta con más de 275 millones de habitantes (cerca
del 70 % de América del Sur), los sectores industriales y productivos,
aún esperan su desarrollo. Y en el contexto actual la conexión con el
comercio global, parece ser el camino adecuado.
Luego
de referirse el rol de las pymes como generadoras empleo y destacar el
lugar preponderante que tienen para el Gobierno, durante el encuentro
anual de Abeceb, el ministro de Producción de la Nación, Francisco
Cabrera, analizó junto al economista Dante Sica la actualidad del
Mercosur y las posibilidades de la Argentina frente a la nueva
configuración geopolítica, principalmente a partir del triunfo de Donald
Trump en los Estados Unidos.
"El Mercosur ha estado muy cerrado
sobre sí mismo. Creemos que necesita flexibilizarse para promover el
comercio regional", apuntó y describió que "durante los últimos años se
lograron acuerdos con el 10% del PBI del mundo, mientras Chile negocia
con más del 90%". Sica sostuvo que el bloque económico "necesita un
sinceramiento urgente para definir a dónde quiere ir en los próximos 20
años. Brasil, Argentina y varios países de la región comparten el
desafío de liderar y crecer en un mundo que pierde impulso".
Luego Felipe Larraín, ministro de Hacienda de Chile durante la
presidencia de Sebastián Piñera, amplió la visión sobre el escenario que
se planteará en América latina con el nuevo gobierno norteamericano.
"En el caso particular de México, está realmente complicado porque envía
el 80% de sus exportaciones a Estados Unidos; Centro América, el 50 % y
en América del Sur tenemos algo de comercio regional pero el grueso de
nuestros productos van a Asia", dijo y explicó que esto nos coloca
"dentro del circuito global".
Según el ex funcionario chileno,
para los países del Sur, "es vital el regionalismo pero sin cerrarnos
del mundo y la Alianza del Pacífico que es crucial", afirmó sin esquivar
el Mercosur: "Mientras siga siendo una unión aduanera, que tenga un
arancel común, es muy difícil la integración con otros países, porque
eso equivale a ceder la política comercial a un ente supranacional que
tiene principios distintos". Y afirmó que "es fundamental pensar si hay
voluntad para la flexibilización del Mercosur".
Rubens
Ricupero, ex titular de Hacienda de Brasil, señaló que hay que
enfocarse en la región, sus problemas y sus posibilidades. "Tenemos que
mirar nuestro caso, ¿cuál es la ventaja comparativa? es la alta
industria", dijo y se mostró sorprendido ante la "poca imaginación" que
ha demostrado el Mercosur para superar los vínculos con los mercados.
Además
reflexionó sobre "cómo seríamos globalmente como grupo que controla una
buena parte de la producción de alimentos del mundo". La realidad,
según el ex ministro de Itamar Franco, muestra que "si sumamos
Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay tenemos un porcentaje muy elevado
de producción mundial de soja, maíz, carnes, algodón y azúcar, entre
otros", pero el problema radica en que "no controlamos el comercio".
Nuevo mapa
Luego
de contextualizar sobre la situación comercial internacional de los
países desarrollados, Estados Unidos y Europa, que desde la crisis de
2008 tuvieron un crecimiento nulo o negativo, distinto a las economías
emergentes como China, que "creció al 10% durante 10 años", y Paraguay,
que "es el único país en América latina que creció al 5% teniendo como
principal aliado a Taiwán", Sergio Abreu, ex ministro de Relaciones
Exteriores de Uruguay, lanzó una pregunta: ¿No será que estamos
buscando en la fuerza de los demás el origen de nuestras debilidades?
El
primero en responder fue Felipe Larraín: "Cuando uno mira el escenario
internacional no ve una crisis global, echarle la culpa de los problemas
internos a lo que está sucediendo afuera es un viejo recurso pero hay
que tratar de manejarse con la verdad". Y lo cierto es que "tenemos un
mundo desarrollado que crece poco, alrededor de 2%; un mundo emergente
que crece sobre el 4%, y en términos generales el crecimiento es algo
más que el 3%. No representa una fiesta pero tampoco es una situación
compleja", explicó.
En tanto Rubens advirtió sobre el peligro de
comparar las tasas de crecimiento de países que son muy distintos porque
hay, por ejemplo, problemas demográficos, "no hay una regla que se
pueda aplicar a todos los países". Además reconoció que "en nuestro
continente tenemos la costumbre de importar conceptos con cierto
retraso, hoy el escenario internacional está más cargado que los
nacionales" y, retomó la descripción que realizó el FMI sobre la
economía mundial actual: "Demasiado lento por demasiado tiempo, con
excepciones como China e India".
En términos generales la economía
no crece y el comercio está en una situación delicada. "Hace cinco años
que el comercio hace un esfuerzo enorme y no logra acompañar el
crecimiento del producto. Hay discusiones académicos, hay factores
coyunturales como la crisis financiera, pero hay otros estructurales que
fueron reflejados también por el FMI", añadió Rubens.
Los últimos
estudios del FMI muestran que la elasticidad de demanda por
manufacturas mermó, entonces "la receta que se daba a todos los países,
que la solución para el crecimiento era vía exportación de manufacturas,
en un comercio en expansión con cada vez más demanda, quizá ya no sirva
más".
"Hoy en día -continúo- para los países del extremo sur del
continente, pensar que podemos hacer competencia a los chinos o a los
asiáticos en las cadenas integrales de valor que ya existen, para
exporta a Estados Unidos, con desventajas geográficas de transporte, por
ejemplo, es un problema".
Esquema propio
El ex
funcionario de Brasil aconsejó no reproducir esquemas. "Lo que tiene
sentido para China no lo tiene para Brasil, y así en cada caso. Tenemos
que tener un abordaje propio no en términos generales que no se aplican a
nuestro caso."
En la misma línea se expresó Sica al opinar que
"el tema está mucho más adentro ahora que lo que viene de afuera. Si uno
mira lo que pasó en la última década en los países de la región,
mejoraron sus condiciones macro, se hicieron menos vulnerables a ciclos
internacionales y eso, de alguna manera, ha permitido que este último
ajuste no los haya afectado tanto".
Por eso, el director de Abeceb
consideró que "tenemos que empezar a ubicar nuestras propias
estructuras y buscar a partir de ahí cuál es el mejor camino. No hay una
receta sólo por el libre comercio, porque si no hay un apoyo, no se
garantiza el desarrollo".
Volviendo al Mercosur, el economista
sostuvo que "en los últimos 15 años prácticamente no avanzamos.
Entonces, realmente hay que plantear si somos una zona de libre comercio
imperfecto, con un arancel externo común que está perforado en más del
50 por ciento de las concesiones. No tenemos posibilidades
supranacionales, somos los propios países que rotamos, donde más de la
mitad de las decisiones no se convalidan y no se aplican internamente".
Y
luego de analizar que "tenemos una industria manufacturera que no es
competitiva a nivel internacional, salvo algunos casos", Sica recomendó
"cómo podemos tener mucha más presencia en lugares donde prácticamente
no hay participación a partir de las nuevas disciplinas, técnicas y
normas de seguridad".
Fuente: LaNacion.com.ar
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