Hoy, el planeta celebra un nuevo Día Mundial del
agua, un recurso que como ya sabemos, es escaso, por lo que debemos cuidarlo y
buscar nuevas formas de conseguir una mayor optimización, y así no malgastar
uno de los componentes más importantes para la vida humana, animal y vegetal.
Con el fin de concientizar al respecto y ofrecer
maneras de cuidar el agua, en Portalfruticola.com, conversamos con Guillermo
Donoso, P.h.D en Economía de los Recursos Naturales de la Universidad Católica
de Chile.
Guillermo Donoso. Fotografía: Universidad Católica
El experto señala dos puntos importantes para
conseguir una mayor optimización del agua en la agricultura.
Primero, indica que, para aumentar la eficiencia y
poder conservar agua, hay que mejorar la eficiencia de la aplicación.
“Por ejemplo, la idea es que, si aplico un litro de
agua al suelo, la planta consuma la mayoría de ese litro. Entonces, sistemas de
riego que tienen un 40% de eficiencia, significa que si aplico un litro, pero
la planta aprovecha 0,4 % y el resto percola o escurre superficialmente, por lo
tanto, el uso efectivo es sólo un 40%”, explica.
Donoso recomienda que lo primero que hay que
planificar es cómo mejorar esa eficiencia de aplicación.
Para esto, indica que existen sistemas
gravitacionales como, por ejemplo:
– Tendido, con eficiencias del 30%, aproximadamente
– Surcos que pueden llegar a 45 o 50%
– Sistemas mixtos con tecnología, que bordean el
70%
– Mecanizados, con una eficiencia de 75% a 95%
Teniendo esto en cuenta, Donoso explica que se debe
elegir cuál de esas técnicas hay que aplicar en el caso de los distintos
cultivos.
“No puedo aplicar, por ejemplo, sistemas de goteo a
todos los cultivos. Una producción en extenso de trigo, no puede ser con
gotero, si me voy a mecanizado, tendría que ser aspersores, sistemas fijos o
pivote”, advierte.
“Hay que determinar cuáles son las factibilidades
de los sistemas de riego”.
Mejorar la eficiencia de sistemas gravitacionales
Otro punto a tener en cuenta, es que es posible
mejorar sustancialmente la eficiencia de los sistemas gravitacionales.
“Esto es importante en un contexto donde los
productores pueden tener restricciones de capital para invertir o tienen
problemas para acceder a la ley de fomento al riego”.
“Por ejemplo, un sistema de surco, donde reduzco el
largo de éste, el agua escurre por el surco un menor tiempo llegando al final,
las pérdidas de agua disminuyen sustancialmente”, clarifica Donoso.
Otro consejo, es que, mejorando la nivelación del
suelo, un sistema de riego por surco puede llegar hasta a un 70% de eficiencia.
“Por lo tanto, la aproximación no es sólo mecanizar, puedo hacer mucho mejor
las cosas”.
El segundo punto a considerar, en la productividad
del agua, informa Donoso.
Según explica, esto se mide en toneladas, kilos o
cajas de producción de fruta por metro cúbico de agua. Aquí, a diferencia de la
eficiencia de aplicación, que es el porcentaje de agua realmente utilizado por
la planta, la medición de eficiencia es maximizar la producción por metro
cúbico de agua.
“Lo ideal es llegar a los máximos valores
técnicamente posibles. No necesariamente, aumentar la eficiencia de aplicación,
aumenta la productividad del agua. Entonces, esto me puede llevar a conservar
agua, pero todavía no a los niveles que se podría conservar”, advierte.
Para esto, el concepto general que se debe tener en
cuenta en el diseño de los sistemas de riego, es que se aplique el agua cuando
realmente la planta lo necesita.
“Aquí hay ejemplos muy interesantes como en el
Valle de Copiapó”, señala Donoso, quien explica en el lugar al norte de Chile,
hay un sistema de riego medido con tensiómetros, de tal manera de medir en el
suelo la capacidad de la planta para absorber agua. Cuando se alcanza un umbral
donde la planta ya ve dificultadas su capacidad de absorción, se aplica agua.
“Esta experiencia ha mostrado, por ejemplo, en un
parronal de uva de mesa para exportación, que se riega hoy con unos 15 mil
metros cúbicos la hectárea, se puede mantener su producción y calidad, regando
con 8 mil metros cúbicos. Esto sin cambiar el sistema de aplicación de agua,
que es por goteo, que lo estoy aplicando de la mejor manera posible para
aumentar la productividad”.
Donoso destaca que, en términos generales, lo que
observa es un énfasis de eficiencia de aplicación y no consideración de
productividad.
“La forma de lograr el mejor uso del agua es
considerando ambos conceptos simultáneamente”.
Respecto a la situación hídrica que vive el
planeta, Guillermo Donoso indica que a nivel mundial la escasez de agua ha
subido fuertemente.
“Aquí es
importante el concepto de escasez relativa, no la cantidad absoluta de agua.
Puedo tener una zona con abundante agua, pero las necesidades de agua son tan
altas, que ésta no alcanza para cubrirla, por lo tanto, el concepto es de
escasez relativa”
“En ese sentido, como los niveles de producción y
población han aumentado, la situación se está tornando crítica en varias zonas.
Donde ya es significativo es en zonas semi áridas, como Chile, Perú,
California, Portugal, España”.
Además, explica que ya hay evidencia de que el
agua, a nivel mundial, se está transformando en un factor limitante para seguir
desarrollando los países.
“Es un tema serio que requiere de dos
aproximaciones, uno, que es el tradicional y más común, la gestión de agua,
falta agua, busco otra fuente. Y, además, hay que hacer simultáneamente una
gestión de demanda muy importante, que va por el aumento de la eficiencia del
uso del agua en la agricultura, minería, ciudades”.
“Mi mensaje es expresar que el agua hoy es un
elemento valioso, muy escaso, que está generando limitaciones a las actividades
del ser humano. Por lo tanto, hay que asumir la necesidad de hacer un mejor uso
del agua”.
Por último, el experto informa que hay sistemas
exitosos con acumulación de agua subterránea a través de infiltración
artificial.
“Es un sistema que no tiene los problemas de
evaporación de los embalses, y eficiente en términos de costos. Hay iniciativas
y estudios que se están haciendo en Chile, pero hay países como Australia que
muestran con mucho éxito los resultados de hacer infiltración artificial y
almacenar en los acuíferos”, concluye.
Fuente: portalfruticola.com
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Primero, indica que, para aumentar la eficiencia y poder conservar agua, hay que mejorar la eficiencia de la aplicación. “Por ejemplo, la idea es que, si aplico un litro de agua al suelo, la planta consuma la mayoría de ese litro. Entonces, sistemas de riego que tienen un 40% de eficiencia, significa que si aplico un litro, pero la planta aprovecha 0,4 % y el resto percola o escurre superficialmente, por lo tanto, el uso efectivo es sólo un 40%”, explica. Donoso recomienda que lo primero que hay que planificar es cómo mejorar esa eficiencia de aplicación. Para esto, indica que existen sistemas gravitacionales como, por ejemplo: – Tendido, con eficiencias del 30%, aproximadamente – Surcos que pueden llegar a 45 o 50% – Sistemas mixtos con tecnología, que bordean el 70% – Mecanizados, con una eficiencia de 75% a 95% Teniendo esto en cuenta, Donoso explica que se debe elegir cuál de esas técnicas hay que aplicar en el caso de los distintos cultivos. “No puedo aplicar, por ejemplo, sistemas de goteo a todos los cultivos. Una producción en extenso de trigo, no puede ser con gotero, si me voy a mecanizado, tendría que ser aspersores, sistemas fijos o pivote”, advierte. “Hay que determinar cuáles son las factibilidades de los sistemas de riego”. Mejorar la eficiencia de sistemas gravitacionales Otro punto a tener en cuenta, es que es posible mejorar sustancialmente la eficiencia de los sistemas gravitacionales. “Esto es importante en un contexto donde los productores pueden tener restricciones de capital para invertir o tienen problemas para acceder a la ley de fomento al riego”. “Por ejemplo, un sistema de surco, donde reduzco el largo de éste, el agua escurre por el surco un menor tiempo llegando al final, las pérdidas de agua disminuyen sustancialmente”, clarifica Donoso. Otro consejo, es que, mejorando la nivelación del suelo, un sistema de riego por surco puede llegar hasta a un 70% de eficiencia. “Por lo tanto, la aproximación no es sólo mecanizar, puedo hacer mucho mejor las cosas”. El segundo punto a considerar, en la productividad del agua, informa Donoso. Según explica, esto se mide en toneladas, kilos o cajas de producción de fruta por metro cúbico de agua. Aquí, a diferencia de la eficiencia de aplicación, que es el porcentaje de agua realmente utilizado por la planta, la medición de eficiencia es maximizar la producción por metro cúbico de agua. “Lo ideal es llegar a los máximos valores técnicamente posibles. No necesariamente, aumentar la eficiencia de aplicación, aumenta la productividad del agua. Entonces, esto me puede llevar a conservar agua, pero todavía no a los niveles que se podría conservar”, advierte. Para esto, el concepto general que se debe tener en cuenta en el diseño de los sistemas de riego, es que se aplique el agua cuando realmente la planta lo necesita. “Aquí hay ejemplos muy interesantes como en el Valle de Copiapó”, señala Donoso, quien explica en el lugar al norte de Chile, hay un sistema de riego medido con tensiómetros, de tal manera de medir en el suelo la capacidad de la planta para absorber agua. Cuando se alcanza un umbral donde la planta ya ve dificultadas su capacidad de absorción, se aplica agua. “Esta experiencia ha mostrado, por ejemplo, en un parronal de uva de mesa para exportación, que se riega hoy con unos 15 mil metros cúbicos la hectárea, se puede mantener su producción y calidad, regando con 8 mil metros cúbicos. Esto sin cambiar el sistema de aplicación de agua, que es por goteo, que lo estoy aplicando de la mejor manera posible para aumentar la productividad”. Donoso destaca que, en términos generales, lo que observa es un énfasis de eficiencia de aplicación y no consideración de productividad. “La forma de lograr el mejor uso del agua es considerando ambos conceptos simultáneamente”. Respecto a la situación hídrica que vive el planeta, Guillermo Donoso indica que a nivel mundial la escasez de agua ha subido fuertemente. “Aquí es importante el concepto de escasez relativa, no la cantidad absoluta de agua. Puedo tener una zona con abundante agua, pero las necesidades de agua son tan altas, que ésta no alcanza para cubrirla, por lo tanto, el concepto es de escasez relativa” “En ese sentido, como los niveles de producción y población han aumentado, la situación se está tornando crítica en varias zonas. Donde ya es significativo es en zonas semi áridas, como Chile, Perú, California, Portugal, España”. Además, explica que ya hay evidencia de que el agua, a nivel mundial, se está transformando en un factor limitante para seguir desarrollando los países. “Es un tema serio que requiere de dos aproximaciones, uno, que es el tradicional y más común, la gestión de agua, falta agua, busco otra fuente. Y, además, hay que hacer simultáneamente una gestión de demanda muy importante, que va por el aumento de la eficiencia del uso del agua en la agricultura, minería, ciudades”. “Mi mensaje es expresar que el agua hoy es un elemento valioso, muy escaso, que está generando limitaciones a las actividades del ser humano. Por lo tanto, hay que asumir la necesidad de hacer un mejor uso del agua”. Por último, el experto informa que hay sistemas exitosos con acumulación de agua subterránea a través de infiltración artificial. “Es un sistema que no tiene los problemas de evaporación de los embalses, y eficiente en términos de costos. Hay iniciativas y estudios que se están haciendo en Chile, pero hay países como Australia que muestran con mucho éxito los resultados de hacer infiltración artificial y almacenar en los acuíferos”, concluye.
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