Cuáles son algunas de las alternativas que las empresas de transporte y distribución desarrollan para minimizar la contaminación, los tiempos y costos de las operaciones.
Con ciudades cada vez más saturadas en su capacidad,
intoxicadas por la contaminación y donde la movilidad se volvió una
cuestión central en la agenda de los gobiernos, circular por el micro o
macro centro es un desafío mayor para la distribución de productos y
mercaderías. Por eso, entre los operadores logísticos cobran fuerza
alternativas que permitan mejorar su trabajo, priorizando la
sustentabilidad, hasta se consoliden opciones como la de los camiones
eléctricos.
"El transporte se volvió una industria destacada en
desarrollo tecnológico", dice Leonardo Valente, director de Innovación
del Instituto de Tecnología del Transporte (IAPI), donde vehículos
híbridos, eléctricos o autónomos son hoy opciones comunes.
Las
estimaciones de la industria son alentadoras. Según la Asociación
Brasilera de Vehículos Eléctricos (ABVE), para 2020 circularán en el
mundo más de 3 millones de estas unidades y en 2030 serán más de 19
millones. Esta proyección anticipa grandes desafíos para buscar
tecnologías más eficientes, pero también con costos accesibles.
Con
ese panorama no resultó extraño que durante el Salón Latinoamericano de
Vehículos Eléctricos que el año pasado se hizo en Buenos Aires, se
exhibieran enorme cantidad de nuevas tecnologías, motos y bicicletas.
La
demanda de nuevos formatos en movilidad coloca al transporte frente a
un período de cambios acelerado en el desarrollo de la logística urbana y
en ese contexto la vieja y querida bicicleta comenzó a destacarse junto
con otras propuestas como variante de valor.
No
es casual que casi todas las automotrices del mundo hayan presentado en
el último tiempo sus propias líneas de bicicletas, como el caso de
Scania que, si bien nació hace 125 años asociada a ese producto, recién
en 2016 lanzó "la primera bicicleta Scania", un modelo pensado para
ofrecer una solución sustentable de movilidad urbana, fabricada con
componentes de bajo impacto medioambiental.
"Aunque hoy existe un
gran auge de este medio de transporte y se busca darle impulso para su
uso en la ciudad, todavía parece difícil prever si las bicicletas
conformarán en el futuro un mecanismo habitual para el transporte de
cargas", considera Alejandro Pazos, gerente de Marketing de la compañía.
En
efecto, coincide Valente, "a la hora de acercarnos a propuestas
concretas y aplicables al contexto local, quizá cueste un poco
desarrollar un mapa respecto de qué soluciones podrían implementarse de
manera accesible, efectiva y poderosa en un tiempo no muy lejano".
Ya circulan en Europa
Más
allá de previsiones para el ámbito local, lo cierto es que en el mundo
existen implementaciones en este sentido, muchas de ellas con éxito
considerable. Como el caso del operador logístico DHL que hasta el
momento introdujo bicicletas en más de 80 ciudades de 13 países
europeos, lo que le permite cubrir una media de 50 kilómetros al día.
A su vez, la división Express de la firma, ya puso en marcha otro concepto denominado "City Hub" y que permitirá incrementar el uso de bicicletas para las entregas en zonas urbanas. Se trata de un remolque que actúa como hub y que puede transportar hasta 4 contenedores enganchados en cuatriciclos, con una capacidad de carga de hasta 125 kg. Cada "City Hub"
puede reemplazar hasta a 2 vehículos tradicionales, lo que supone una
reducción del CO2 de más de 16 toneladas anuales, así como una
significativa disminución de las emisiones.
El operador logístico
alemán ya lanzó dos proyectos, en Frankfurt (Alemania) y Utrecht
(Holanda), con el fin de mejorar las operaciones de entrega de
documentos y de pequeños paquetes. Desde la compañía explicaron que
estos contenedores cuentan con las dimensiones de un pallet
estándar y utilizan energía obtenida mediante paneles solares, son
seguros y resistentes al agua. No dificultan la visión del resto de los
ciclistas y pueden estar equipados con sistemas GPS o relacionados con
Internet de las Cosas para facilitar la trazabilidad del envío y la
monitorización por cuestiones de seguridad.
Esta forma de operar
ofrece más ventajas ya que es posible realizar hasta dos entregas más
por hora que con un vehículo tradicional en zonas de congestión de
tránsito; pueden ser cargados rápidamente para las entregas de la última
milla y recargados para efectuar nuevas entregas, lo que consigue
minimizar el kilometraje y tiempo en ruta respecto de los vehículos
estándar, agregaron.
Por
otra parte, la empresa también hace entregas ecológicas en el centro
de Madrid mediante un sistema de bicicletas con soporte eléctrico que
tienen un volumen de carga de hasta 320 litros, ideal para el transporte
de paquetes de pequeño volumen. Esta propuesta se integra en el carril
para bicicletas y brinda mayor agilidad en las entregas cuando se
producen restricciones de tráfico, además de su contribución a la
disminución de la polución y contaminación acústica, el ahorro en costos
de combustible y la facilidad para llegar a las zonas con congestión
vehicular.
Con estas propuestas, la división Express de DHL
reemplazó a los vehículos tradicionales en hasta el 60% de sus rutas en
algunos países europeos, por lo que esperan que los resultados
contribuyan a acelerar este enfoque en otros mercados, en los próximos 5
años.
También en el ámbito local la sustentabilidad en la cadena
de abastecimiento representa un reto para los operadores logísticos. "El
desafío está en integrar la sustentabilidad al modelo de negocio, así
como en la gama de soluciones y tecnologías que utilizan las empresas",
destaca Gabriel Pérez, coordinador del Programa de Desempeño Ambiental
en el Grupo Logístico Andreani.
La empresa de capitales nacionales
se sumó a la tendencia y desarrolló sus propios vehículos de transporte
ecológicos para centros urbanos. Por un lado, creó el Carro Eléctrico
de Distribución Urbana (CEDU) para operar en peatonales, y, por otro, la
moto carrozada que le permite realizar entregas en macro y microcentro.
"Los
CEDU surgen para optimizar la distribución de correspondencia y
paquetería, puntualmente en peatonales. Se trata de una opción ágil y
práctica de transporte que aporta al cuidado del medioambiente gracias a
su funcionamiento por energía eléctrica, evitando la contaminación
producida por gases de vehículos", dice Pérez.
La máxima velocidad
de estos carros es equivalente al paso de una persona, por lo que
resulta seguro para quienes caminan por las calles. También cuenta con
puerta corrediza sin invasión del espacio circundante, alarma en
movimiento similar a la del retroceso de camiones, y freno de emergencia
para ser activado ante cualquier eventualidad. Hoy la compañía utiliza
un carro eléctrico en la ciudad de Córdoba y 2 en la ciudad de Buenos
Aires, donde planea sumar otras 2 unidades en los próximos meses.
Por
su parte, las motos carrozadas son una respuesta a la necesidad
operativa de entrega en el macro y microcentro. A diferencia de un
utilitario pequeño, estas motos tienen un consumo de combustible 58%
menor, disminuyendo aún más el impacto ambiental por kg transportado en
zonas altamente concentradas de contaminantes. Hasta el momento, la
compañía dispone de un vehículo en funcionamiento en Córdoba, pero
ultima detalles para sumar otras 9 en distintas zonas de Buenos Aires y
el interior.
"Los vehículos alternativos que adoptamos son muy
favorables para la eficiencia en la logística urbana por su menor
interferencia con el tránsito, la disminución de ruidos molestos y,
sobre todo, por ser solidarios con el medioambiente. El mundo tiende a
que existan cada vez más grandes centros urbanos, haciendo que los
carros eléctricos y las motos carrozadas aparezcan como un respiro desde
lo ecológico", resumió Pérez.
Desafío regulatorio
Curiosamente,
no son tecnológicas ni económicas las barreras más importantes que
obstaculizan la aparición local de las tecnologías disponibles: "Un
fuerte atraso en lo normativo y regulatorio, fruto de la desatención del
tema por muchos años o del conflicto de intereses entre funcionarios
interesados en acompañar la innovación y la línea preocupada por evitar
conflictos de responsabilidad, son las anclas más pesadas para la
introducción de muchos conceptos novedosos en nuestro país", reconoció
el director del IAPI.
En definitiva, el sector debatirá tiempos o
formatos pero nadie cuestionará la llegada de estas alternativas. En un
país que depende enormemente del transporte y la logística para
recuperar su competitividad, "la aparición de nuevas herramientas
implica la decisión de avanzar apelando a la creatividad, innovación y
talentos locales", concluyó Valente.
Fuente: Lanacion.com.ar
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