"Este encuentro me recordó a los orígenes de la Unión Europea",
planteó Pablo Manzano Iglesias, de la consultora Everis, y recordó que
el puntapié del acuerdo entre los países europeos se dio a partir de
cuestiones del comercio del acero y el carbón. Y se preguntó: "¿Por qué
no, dentro de 20 años, estemos frente a una integración regional mucho
más importante, con efectos gigantes más allá del comercio, en el Sur de
América?" Luego evidenció la necesidad de sumar tecnología al
desarrollo de infraestructura logística para dar soporte al comercio
internacional. Explicó que Japón antes de 1978 estaba en una situación
similar a la actual de Chile, de "muchos acuerdos comerciales
internacionales, pero una caída exponencial en el nivel de eficiencia de
exportación e importación".
A partir de la aplicación de sistemas
autosustentables "se produjo un aumento exponencial del volumen del
comercio exterior de 550%", afirmó. Y dijo que desde la implantación de
este modelo organizativo que involucra a todos los integrantes de la
cadena los gastos de operaciones vinculadas a recursos humanos no
aumentaron de manera significativa: mientras en 1978 trabajaban 77
personas, en 2012 se emplean 700. "El sistema permite no perder la
trazabilidad desde que la carga sale de una empresa hasta que llega a
otro país, a la tienda de destino. Esto llevado a países como la
Argentina y Chile, uniéndolos con Asia-Pacífico y el comercio con la UE,
optimizará los tiempos y maximizará la eficiencia y la logística de la
carga en tránsito", sostuvo el directivo de Everis.
Corredores logísticos
"Es necesario que los corredores binacionales y bioceánicos se
transformen en lo que deben ser: actores relevantes para el desarrollo
de las ciudades, regiones y países que lo forman sin tener que ingresar
al componente político que, producto de su lógica burocracia, termina
postergando el desarrollo, que se aprecia de urgente", comentó Ricardo
Partal Silva, presidente de la Organización Mundial de Ciudades y
Plataformas Logísticas.
Hoy, explicó, la demanda de alimentos de
los mercados mundiales y la necesidad de exportar de nuestros países en
el Cono Sur, hizo repensar el comercio y nació la necesidad de
replantear las conexiones. En el caso de la Argentina y Chile, "se
necesita que el tren y las carreteras vayan de océano a océano y el
ferrocarril trasandino del sur es la ruta más lógica".
Entonces
planteó las principales características del corredor que conectaría
cuatro provincias argentinas y dos regiones de Chile. "Esta región, con
un PBI de casi US$36.000 millones, tiene las tres reservas más
importantes del mundo: potasio, gas esquito y petróleo", apuntó. Además
destacó que contiene dos puertos en la Argentina, uno de los más
importantes del país de aguas profundas, y ocho en el Pacífico. En ambos
extremos y sobre sus océanos operan las plataformas marítimas militares
(Asmar, en Chile y Base Naval de Puerto Belgrano, en Argentina). Es uno
de los principales aportantes al sistema eléctrico nacional
(argentino). Uno de los mayores productores de madera en Sudamérica.
Junto a la pesca variada, los productos del mar, y la cría y producción
de salmones, sobresalen los atractivos turísticos valorados a nivel
nacional e internacional.
A partir de esto, durante el XXXV Comité
Binacional de Integración argentino/chileno, denominado "Región de Los
Lagos" que se celebró días atrás en Neuquén, Parral Silva, acompañó el
pedido de las cancillerías, los gobiernos locales y provinciales con una
nota en la que pide que las autoridades nacionales "determinen
oficialmente, en su próximo encuentro, la unificación ferroviaria
binacional por el paso fronterizo "Mallín chileno" (complejo de Pincho
Hachado) perteneciente al corredor bioceánico trasandino del sur-ruta
lógica, y sus obras complementarias".
Fuente:LaNacion.com.ar
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