El cierre del G20 en Buenos Aires tuvo el anuncio de que la denominada Guerra Comercial entre EEUU y China entra en una tregua por 90 dias, hasta el 1 de marzo del 2019, por la cual Washington aplaza la subida de aranceles por 200.000 millones de dólares y Pekín accede a comprar una “cantidad sustancial” de productos norteamericanos.
Mediante el pacto de los dos presidentes, EE UU aplaza dos meses la subida de aranceles por 200.000 millones de dólares (unos 176.600 millones de euros) en productos chinos con la que Trump había amenazado para el próximo 1 de enero. China, por su parte, ha accedido a comprar una “cantidad sustancial” aún no concretada de productos estadounidenses, especialmente en sectores como el agrícola, el energético y el industrial, según un comunicado de la Casa Blanca. En el caso de los productos agroalimentarios, las compras se producirán de inmediato.
También comenzarán de inmediato las conversaciones en torno a cinco áreas en las que EE UU exige reformas a China: la transferencia forzosa de tecnología, la protección de la propiedad intelectual, las barreras no arancelarias, la piratería y las incursiones informáticas, los servicios y la agricultura.
Ambas partes han ganado aire. Trump, obsesionado con los mercados bursátiles, evita el efecto de un anuncio de aranceles después de las caídas de octubre y noviembre. Y las compañías estadounidenses ganan tiempo para ajustar sus cadenas de suministros. Pekín, por su part, ve alejarse la amenaza de nuevos gravámenes a sus productos hasta después de la pausa del Año Nuevo chino (en febrero).
Especialistas en economía y relaciones internacionales sostienen que esta tregua no es un avance sobre las cuestiones sustanciales, sino un marco para continuar las conversaciones por lo que concluyen que tanto Xi y Trump no han resuelto ningún problema de fondo.
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